Frase cursi semanal

~ Nuestro amor esta tan fuera de lugar como un gnomo en Orgrimmar, pero es tan grande como el cielo estrellado de Infralar. ~

viernes, 15 de enero de 2016

El lado tierno del Pan Duro.

Creo que al Pan Duro se le llama así porqué no está tierno pero, en esta ocasión, ha salido una cosa muy extraña: el lado tierno de Phanduro.

Desde el interior de mi congelador de helados redacto esto que ha tocado mi fibra de vaquita sensualmente sensible... ¿El qué? La increíble batalla de amor que me han filtrado... ¿la dama protagonista? Mi hermana Latra.



Erase una calurosa tarde de Rasganorte cuando mi hermanita se disponía a coronarse, una vez más, como reina de Azeroth desde lo alto de la Ciudadela de Corona de Hielo que tanto admira y aprecia. El revivido Arthas para ser matado una vez más, se disponía a morir para cederle otra agonía de escarcha que colgar en su muro de espadas con sangre pero, en aquel momento, algo inesperado ocurrió: desde los cielos se escuchaban los rugidos de un orco furioso que viajaba a lomos de un developer confuso. Ese orco era Kargath (sí, sí, el bicho feo de Ogrópolis).

Desorientado por el frío y sin saber que hacer con esa pesada carga, el pobre desarrollador lo puso donde le pareció que quedaba bonito: al lado de la vaca sensual que estaba decapitando un humano aún más sexy.

-¡No! ¡Pedazo de inútil! ¡Te has equivocado de mapa! - gritó la vaca al ver el error del tipejo desconocido, pero, al este no entender ni papa de español, continuó camino en busca de otra cosa que añadir.

 La joven Latra no sabía que hacer: no iba vestida para la ocasión. Sus ropajes eran buenos, sí, pero en su época donde el mundo terminaba en Terrallende, y eso de los viajes temporales eran cosa de la imaginación de algunos jugadores adictos a la Skooma.

Kargath atacó y le corto un cuerno de un golpe. Encerró a Latra en el trono helado y logró derribarla. Con su espada en el cuello de la vaquita, la joven tauren perdió toda esperanza de volver a mutear, cerró los ojos y se dispuso a aceptar los verdes pastos que le esperaban en el más allá.


El orco estaba levantando su brazoespada cuando un rugido de dragón rompió en el cielo y, alzando un poco la vista, ya se divisaba a la enorme criatura con un humano diminuto a lomos de este. El humano saltó y su montura desapareció, porqué es lo que les pasa en este juego tan extraño, y el joven guerrero cayó al suelo cual gato. Separó a la bestia sin pelo de la bestia con pelo y defendió a la vaquita de esa violenta criatura. 


Tras una hora de batalla, Latra no pudo contener las ganas y eructo, aturdiendo al orco un segundo, dejando que su salvador pudiera atravesarle en canal. Phanduro venció.

El joven salvador se aseguró que la dama Latra estuviese bien, como buen caballero. Invocó un cohetito de esos para dos personas, pero Latra prefirió darle un toque más bonito y se transformó en un Invencible de dos plazas en el cual volotearon hasta zona segura.

Una vez a salvo, la jovenzuela le agradeció a su salvador sus heroicas acciones y se lo recompenso con sexo salvaje en la Isla GM toda la noche ups, jeje, eso era la parte que me contó en confianza... ¡dichoso teclado sin tecla de borrar! La historia termina aquí, después Latra le transporto a Orgrimmar por error donde fue asesinado y ahí concluyó el amor y respeto que sentía Phanduro por mi hermanita.



1 comentario:

  1. Muy bueno... pero ¡por las barbas de Muradin! nunca es un noble hijo de Forjaz el que salva a la damisela.

    (Sonido de un enano llorando y marchándose lentamente)

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