El diario de Latricia: Concurso de Redacción [Cancelado]

Saludos buenos nuevos lectores y holgazanes antiguos.

Como algunos sabéis, hace unos días se creo un concurso de redacción y, muchos de los miembros del Staff, aseguraron participar. No obstante, fueron pasando los días y al alcanzar el plazo límite se envió la increíble cantidad de historias de... UNA HISTORIA.

En vista de ese fracaso, algunos dijeron que no les había dado tiempo o se habían despistado, por lo que se decidió ampliar el plazo hasta el domingo 3 de mayo... El domingo llegó y no se envió ni una miserable historia.

En vista de eso, como es lógico, el gigantesco equipo de El Diario de Latricia, formado por dos personas y un gato, ha decidido cancelar el concurso. No obstante, mostramos el increible poema de nuestro único concursante: Notas, Maestro de Juego de Pandashan.

Érase que se era un galán engalanado,

iba al trote y al galope

montando un caballo dorado.

Caminante no hay camino y por un barranco se despeñó

menuda hostia, menudo golpe

que el galán se llevó.

Por allí pasaba una alegre muchacha, que fue a poner su mirada en el galán

—¡¿ Qué ven mis ojos ?! No puede ser,

ayudar a este galán es mi menester.—

Llevose la muchacha al galán al pueblo en su borrico de nombre Mazapán.

Pasaron unos días y el galán volvió en sí.

Cansado,

magullado,

Lo primero que hizo fue hacer pis.

Entró la muchacha a la habitación y en pelotas lo vió.

—Buenas señorita, hasta en el bolsillo se la metería.—

El galán anunció.

—Soy toda suya, hágame la de "El Bandolero".—

Y así sería.

Primero por la boca y luego por el agujero.

Gozaron y gozaron hasta que el sol se puso

que alegría que alboroto,

lo hicieron en la postura del perrito piloto

y hasta hablaron en francés, griego e incluso ruso.

La noche se llenó de amor carnal,

rojo fuego, verde hoja,

la petó hasta dejarla coja

y a la mañana siguiente herpes genital.

—¡Que espanto, que horror,

ésto se tiene que quitar!—

Y frotó y frotó y todo se puso peor.

La muchacha le propuso ir a ver a una anciana curandera,

ésta les podría limpiar

y así se la volvería a comer toa entera.

El camino era largo y picaba mucho el pepino

Llanuras, montañas,

lobos y alimañas.

Y tras dos días de viaje llegaron a su destino.

Abrieron la puerta de una casa de madera

la puerta chirriaba

y había una anciana en el fondo sentada.

—Bienvenidos a mi humilde morada, soy la bruja Regadera.—

—Tiene que ayudarnos.— Dijo la muchacha.

—Tenemos picores ahí abajo.—

La bruja se levanta, se acerca y se agacha.

La bruja olisquea y asiente.

—Hongos genitales a destajo,

es una putada, se lo que se siente.—

Regadera buscaba en estanterías y cajones.

Pócimas, libros, pergaminos,

sombreros y algún que otro minino.

Mientras al galán, le picaban más y más los cojones.

Por fin Regadera echó el freno,

había encontrado lo que quería.

Les extendió la mano mientras sonreía,

era un Ibuprofeno.

—Esto es una birria, no surtirá efecto.—

Dijo el galán, muy encabronado.

Media vuelta y se fue todo recto.

La muchacha pidió disculpas a la bruja, cogió el Ibuprofeno

y se fue corriendo tras su enamorado,

que tenía la verga como el capote de un torero.

La muchacha tendió la mano a su amado con la pastilla,

la cogió y la tomaron.

Esperaron.

Y al rato dejó de picarles tanto la pirula como la pepitilla.

Los amantes, felices, contrajeron nupcias maritales.

Ella de blanco y dorado,

él de uniforme bien planchado

Y todos fueron felices hasta la epidemia de las lombrices anales.

La moraleja de este cuento, querido amigo, no es otra que la precaución,

tengas muchas o pocas ganas,

sea herpes o almorranas,

haz como los nazarenos en Semana Santa y usa siempre capuchón.

En vista de que ha sido la única persona en cumplir su palabra y participar en este concurso, hemos decidido, a pesar de haber cancelado el concurso, daros envidia malsana a todos y entregarle el premio: La figura de Thrall.